Riesgos y daños del fracking: las pruebas e investigaciones más recientes en Estados Unidos

Consideramos que es importante poner a disposición del público de habla hispana esta serie de traducciones en las que destacamos las principales tendencias en los hallazgos científicos y periodísticos documentados en el Compendio de hallazgos científicos, médicos y de medios que demuestran los riesgos y daños de la explotación de gas y petróleo mediante fracking y de su infraestructura.

LANZAMIENTO DE LA 8a EDICIÓN. Concerned Health Professionals of New York, una organización de profesionales de la salud en el estado de Nueva York que forma parte de la red Science and Environmental Health Network, anuncia junto a Physicians for Social Responsibility el lanzamiento de la octava edición del “Compendio de hallazgos científicos, médicos y de medios que demuestran los riesgos y daños de la explotación de gas y petróleo mediante fracking y de su infraestructura”.

©Ted Auch, Fractracker Alliance, 2021

Se trata de una compilación que incluye las pruebas más recientes que detallan los riesgos y daños del fracking: más de 2000 artículos científicos revisados por pares, investigaciones periodísticas e informes gubernamentales, con referencias completas. El Compendio es un documento público disponible en línea, en el que pueden hacerse búsquedas. Y está escrito en un lenguaje accesible.

DESCARGA del Compendio (en inglés): https://concernedhealthny.org/compendium/

SEXTA EDICIÓN (en español): https://concernedhealthny.org/wp-content/uploads/2020/02/Traduccion-compendio-Fracking_libro_2019_ok.pdf

En este documento de descarga se irán subiendo las últimas publicaciones. Esperamos que sirva de insumo e invitamos a compartirlo.

El informe revela que no hay prueba alguna de que el fracking pueda practicarse de forma que no constituya una amenaza directa a la salud humana o sin poner en riesgo la estabilidad climática de la que depende la salud humana. A lo largo de las diferentes ediciones del Compendio, ha aumentado considerable la solidez de las pruebas ofrecidas para la cantidad de daños que detectamos, y ha habido una rápida ampliación de nuestra base de conocimientos. De esto se desprenden conclusiones contundentes que hace apenas unos años eran factores de preocupación emergentes. Los riesgos y daños del fracking para la salud pública y el clima son reales y van en aumento.

«No hay prueba alguna de que el fracking pueda practicarse de forma que no constituya una amenaza directa a la salud humana o sin poner en riesgo la estabilidad climática de la que esta depende».

— Concerned Health Professionals of New York

También se ha detectado un aumento en la documentación que demuestra que el fracking es sinónimo de injusticia: no todos sufren de igual manera los impactos directos a la salud pública y aquellos derivados del cambio climático, drásticamente afectado por las emisiones de metano provenientes del fracking y su infraestructura. A lo largo y ancho de los Estados Unidos, el fracking afecta desproporcionadamente a las personas embarazadas, niños y niñas, pueblos indígenas, comunidades de color*/racializadas y comunidades de bajos recursos. Además, como han documentado distintas organizaciones y tribunales internacionales, la industria del fracking es responsable de cometer violaciones de los derechos humanos.

Pueden consultarse las páginas 72 a 78 del último Compendio.

Los invitamos a estar atentos, en los próximos días y semanas, a esta serie de publicaciones donde se destacarán las principales tendencias en los hallazgos científicos y periodísticos documentados en el Compendio. Entre otros, el flagelo de los pozos abandonados de petróleo y gas; datos más recientes sobre contaminación atmosférica y del agua; nuevos hallazgos sobre el vínculo entre el fracking y la crisis climática; consecuencias puntuales en la salud humana a lo largo del ciclo de vida, y específicamente en la salud laboral; el enorme problema de los residuos del fracking, incluida la sismicidad provocada por los pozos de inyección y residuos radiactivos; impactos sociales y económicos; y la falsa solución de la captura y el almacenamiento de carbono.

*N. de las T.: la denominación «comunidades de color» o «personas de color» se utiliza mayormente en los Estados Unidos. Existe un debate respecto de su uso. Decidimos respetarlo porque así eligen autodenominarse algunas de estas comunidades y personas.

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