Literatura, poesía y traducción

Traducción de Laura García

Virginia Woolf les presenta una propuesta urgente, audaz y totalmente radical a las mujeres de su tiempo y, por qué no, del nuestro: hacer un mundo distinto al mundo construido por los hombres, quedarse afuera para empezar de cero y cambiar el rumbo de la historia.

Entrevista en Télam y Revista La Nación

Ensayos y artículos

Crear familia: Diana Bellessi y la traducción

A principios de los setenta, Diana Bellessi emprendió un viaje por el continente americano que culminó en Estados Unidos, país al que llegó con una canción de Bob Dylan como único conocimiento del inglés. Su relato del tiempo que vivió allí es principalmente el del descubrimiento de un universo sonoro y la entrega a la escucha de voces ajenas, en particular, las de las mujeres afroamericanas y latinas, que hablaban en un inglés “que podía incorporar afectivamente y disfrutar” (Bellessi 2011: 103). En Nueva York, trabajó en una fábrica metalúrgica, donde su inglés se volvió más vivo en la convivencia con otras trabajadoras explotadas en el corazón del imperio: “Hermosas somos. Doscientas mujeres fuertes haciéndonos el día todo el día. Puertorriqueñas, negras, latinas ilegales: fruta madura, carne del tercer mundo” (1975:48). Por las noches, aprendía de manera autodidacta traduciendo poemas: “acompañada de un pequeño diccionario y un manual de gramática elemental, construía mi inglés letrado”.

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Una extranjería fingida. La traducción en El affair Skeffington, de María
Moreno

El affair Skeffington (1992), de María Moreno, se presenta como una traducción ficticia, lo que supone la incorporación de una poeta inexistente en la literatura argentina. Si toda traducción implica un deseo de incluir lo ajeno en la cultura propia, la ficción de la importación de la poeta Dolly Skeffington permite pensar hacia atrás una serie de cuestiones vinculadas a la traducción en la Argentina y, en particular, al papel de las mujeres como poetas, traductoras y agentes culturales. María Moreno dedica el libro a Diana Bellessi y a Mirta Rosenberg, que durante la década del ochenta incorporaron con sus traducciones una tradición de poetas mujeres al tiempo que publicaron su propia poesía, lo que las señala como precursoras de una posible (re)fundación de ese linaje que se remonta, no sin conflictos, a la figura de Victoria Ocampo como promotora de una de las empresas de traducción más significativas para Latinoamérica.

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